Parece que por estos días algunos dirigentes deportivos se han sentido con el derecho de expresarse de forma discriminatoria, y en público, sobre el fútbol femenino.
El primero en hacerlo fue el presidente del Deportes Tolima, Gabriel Camargo, quién afirmó que el fútbol femenino es “un caldo de cultivo de lesbianismo tremendo” y que las mujeres “toman más que los hombres”.
Mientras que muchas voces se alzaron en contra de Camargo, otras personas empezaron a circular un video de la futbolista santandereana Yoreli Rincón, donde se la veía tomando a una cerveza y besando a su novia.
¡Cómo si esto fuera la prueba de un delito!
Acompañado de ese video se decía: “¿Por qué tanto escándalo si lo que dice Camargo es cierto?”
Pues bien, no lo es.
Las frases de Gabriel Camargo son discriminatorias ya que hace ver a la opción sexual de amar a una persona del mismo sexo en el caso de la mujer, es decir, de ser lesbiana, como un delito, como algo peyorativo de lo cual hay que avergonzarse y no es así.
Ser lesbiana no es un crimen: desde 1981 está despenalizada la homosexualidad en Colombia y en 2015 se aprobó el matrimonio entre parejas del mismo sexo.
Por otro lado, diversos estudios han comprobado que amar a una persona del mismo sexo, es decir, ser gay o lesbiana, no algo que “cultive” como si se tratara de hortalizas. Un estudio publicado en 2013 por la Asociación Americana de Psicología encontró que la homosexualidad no se “contagia”, es decir, no se le puede transmitir ni enseñar a nadie.
Lo que sí consiguen estas declaraciones es fomentar el odio y la falsa idea de que hay un “peligro” de “convertirse” en lesbiana debido al fútbol. Y esto es un acto de discriminación que no solo merece una sanción social.
La ley 1482 de 2011 garantiza la protección de los derechos de una persona, grupo de personas, comunidad o pueblo, que sean vulnerados a través de actos de racismo o discriminación y sanciona a quienes incurran en estos actos.
¡Estamos esperando la renuncia de Camargo! #camargorenuncie